Desde mi divorcio estoy liberada. Mi pasion por el chat maduras gordas me hace real. Ya que siempre he temido a que me dijeran lo que soy. Bien por vergüenza o bien por miedo. ¡Sí!, miedo a la realidad de verme en el espejo como soy y miedo al qué dirán, esas lenguas que hablan de más. Ahora todo eso acabó.
Y digo que terminó porque me he aceptando tal y como soy. Yo no creía en esos tópicos que siempre he oído: «acéptate tal y como eres». Los encontraba de lo más ridículo que pueda haber, pero resulta que me los he aplicado. Y más allá de esas cuatro palabras, está la sensación de ser tú misma. Lo cierto es que soy gorda, no gordita ni rellenita ni BBW. Ni todas esas payasadas eufemísticas para esconder la realidad. Soy una madura gorda española con culo grande y tetones gordos para chupar y mamar.
Chat maduras gordas para una divorciada caliente
Por eso, desde que me he dicho a mi misma lo que soy, he empezado a disfrutar. Supongo que muchas mujeres como yo, recientemente divorciadas se han dejado llevar por internet. Ya que es la manera más fácil y más anónima de ser tú misma. Por esta razón he comenzado a chatear tras la pantalla, con esa impersonalidad que te concede estar en tu casita y más caliente que la vecina de enfrente.
Mi pasión como ya he dicho antes, es entrar en chat maduras gordas porque es mi sitio y porque quiero estar ahí. Muchos son los hombres que me hablan, que me desean y que quieren cepillarse a una rechonda caliente recién reconocida. Reprimida por mucho tiempo y liberada en sometimiento. ¡Sí! porque me encanta someterme, me enloquece que un buen macho decidido me ponga en mi sitio, en mi cama o en la suya, a cuatro patitas y para él.
Solo contarlo me excito, pero entraré de nuevo en chat maduras gordas, para todos esos jovencitos, a los que doblo en edad, pero no en restregar. Solo quiero una polla que me diga al oído que me quiere follar.
0 comentarios